Deseo
sentir tu cuerpo,
recorrer
descalzo tu piel
y
llegar con mis labios
a
lo infinito de tus pies.
Cielo
y tierra se reúnen
para
contemplar tu bella piel,
el
mar abre su misterio para
tocar
y rozar tu linda tez.
El
sol huye en mis manos
y
no juegan con tu piel,
deseando
intentar encontrar
el
centro de tu placer.
Mientras
me calma tu sudor,
tú
gozas con el instinto del amor,
yo
busco en aquellos momentos
el
complemento de nuestra fusión.
Salva
la luz de tu piel
en
el cielo donde Él está,
en
aquella noche sin luna
que
besó nuestra realidad.
Sólo
miro la felicidad
que
no brota de tu piel,
(¡esta
devoción en el cuerpo...!)
en
tu ojos ¡dulces allí bebo de tu miel!
Autor: Francis Mota.
©Reservados todos los derechos.
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